jueves, 1 de julio de 2010

EL GRITO.







“Paseaba por un sendero con dos amigos – el sol se puso – de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio – sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad – mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza.”
-Edward Munch 1892-



El ‘El grito’ -Skrik-, es una de las imágenes mas icónicas del siglo XX; es una de las mas reproducidas y que tiene un arraigo especial con el mundo occidental y contemporáneo. A decir verdad el grito pertenece a una saga de pinturas entre las cuales el grito mas famoso se encuentra en Oslo, y existen otras tres versiones del cuadro.

Munch, logro el grito que los humanos quisiéramos dar en una realidad cada vez mas agobiante. Sus colores, denotan pasión, fuego, y al mismo tiempo; frío, desesperanza, desconsuelo y desesperación. La angustia existencial propia de nuestra época; ¿de todas las épocas humanas, o solo de aquellas que viene después de la industrialización? Munch, padecía su propia angustia, y ella se ve representada alo largo de su obra; “La enfermedad, la locura y la muerte fueron los ángeles que rodearon mi cuna y me siguieron durante toda mi vida” no en vano su obra sirve de influencia al movimiento expresionista alemán, cuya característica principal tiene relación directa con las intenciones y la forma de representar la realidad propia de Munch. La imagen representada y el entorno no son mas que la realidad interna de una persona en uno de sus momentos de desesperanza que solo se logra desahogar a través de un grito.

El rostro puede asociarse a las formas de una calavera, en relación a la tristeza y la muerte. Por otro lado; La imagen casi caricaturesca representada nos podría llevar a la perdida de identidad cada vez mas marcada en nuestras sociedades. Cada vez el individuo pierde más su carácter individual, para darle paso a caracteres de identidad impuestos y aceptados inconcientemente gracias a los medios, la publicidad y el avance del espíritu de la aldea global sobre toda la humanidad.


“La Desesperación”. 1892. antecedente del grito.